Camilo Venegas,
Campo de Texto
En la madrugada de hoy murió el pulpo Paul, la primera mascota que se hizo célebre a nivel global gracias a la Web 2.0. El cine animado comenzó con un ratón que hablaba (Micky Mouse), la era del espacio con una perra cosmonauta (Laika) y la Web 2.0 con un pulpo “adivino”.
Durante la Copa Mundial de Fútbol 2010 no hubo un jugador y mucho menos un equipo que llamara más la atención de los cibernautas que el singular molusco. En el acuario de Oberhausen, en Alemania, a miles de kilómetros de Sudáfrica, Paul hizo más ruido y llamó más la atención que las vuvuzelas.
El hecho de que acertara en un 100% el ganador de cada partido durante la Copa, hizo que Paul llegara a tener más credibilidad y seguidores que los más reputados especialistas del fútbol mundial. Su celebridad llegó a tal grado, que ahora su “vida y milagros” se detallan en extremo en su web oficial, Wikipedia, Facebook y Twitter, entre otros soportes y herramientas.
A pocas horas del fallecimiento de Paul, el Sea Life Aquarium ya ha confirmado que le erigirá un monumento. En una sala de exposiciones, además, se exhibirán recuerdos de diferentes momentos de su vida, los regalos que recibió de todo el mundo y la urna y las cajas de metacrilato donde Paul hacía sus actos de adivinación.
Pero el mayor monumento a este pulpo común, que nació en enero de 2008 en la frías aguas del océano Atlántico, está en la red de redes, en las millones de entradas y contenidos que provocó, en las reacciones que sigue produciendo. Paul es una de las prueba más evidentes de que ya nadie está en control de la información y que es la gente quién decide qué quiere que le digan y qué quieren decir.
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