29 de noviembre de 2010

Un día demasiado “sexy” para comunicar

Camilo Venegas,
Campo de Texto

Hoy fue un día demasiado sexy para la historia de las comunicaciones. Comenzó con las verdades incómodas de Wikileaks y acabó con la muerte de B. B. King. A media mañana, se hablaba de la victoria de Roger Federer en la Copa de Maestros. Al anochecer, solo había espacio para el insultante baile del Barça.
Antiguamente se escribía para la posteridad. Aun cuando los periodistas estaban conscientes de su efímero oficio, ejercían pensando en su bibliografía pasiva. Ahora los titulares duran minutos y una gran idea puede acabar siendo tan efímera como la más disparatada de las ocurrencias.
El lunes 29 de noviembre de 2010 ocurrieron de una vez muchas de esas cosas que los viejos periodistas preferían por separado, para tener a mano la carne fresca de los titulares. Por eso, cuando se empezaban a engolosinar con todo lo que ofrecía Wikileaks, ganó Federer. Llegado el momento de hablar del genio de la raqueta, el Barça la emprendió contra el Real Madrid y, con una “manita” (5 a 0), escribió eso que los clásicos llamaban “una página de gloria”.
Justo en el momento en que los titulares sobre lo ocurrido en el Camp Nou comenzaban a “florecer”, desde Estados Unidos se filtró la noticia de que B. B. King acababa de fallecer. Minutos después, afortunadamente, se confirmó que solo se trataba de un rumor.Si aún estuviera vigente aquel periodismo a la vieja usanza, donde todos esperaban el titular de la mañana, ¿quién decidía esta noche esa frase demoledora? Hoy fue un día demasiado "sexy" para comunicar, pero las redes sociales se lo tragaron sin eructar.
Ya todos hablan de otra cosa.

24 de noviembre de 2010

La desesperante fascinación por Carnivàle

Camilo Venegas,
Campo de Texto

De un tiempo a esta parte las series de televisión me entusiasman mucho más que los estrenos en el cine. Prefiero un capítulo de Mad Men, Two and a Half Men o Big Bang Theory que la mayoría de las cosas que se estrenan en las salas. Desde que puedo grabar en la caja del cable, he logrado anticiparme a las sorpresas y, sobre todo, sortear todos los anuncios publicitarios.
Gracias a eso, puedo probar la primera afirmación de este post. En casa tenemos todos los paquetes de películas, sin embargo es en TCM donde más grabaciones programamos. El resto del espacio en el disco duro lo ocupan los estrenos y las repeticiones de las series que más nos gustan. Rara vez grabamos una película reciente, no tenemos tiempo para ellas.
Hace días busqué en los meses por venir si HBO (esa admirable fábrica de maravillas) tenía previsto la repetición de Carnivàle. Luego, en internet, di con la noticia de que se acaba de lanzar un pack que contiene la colección completa de  Carnivàle. 12 discos con las dos temporadas y un libro de 80 páginas que incluye material gráfico inédito.
Desafortunadamente, HBO decidió abortar la tercera temporada de Carnivàle por los elevados costos de producción. Ni siquiera los blogs y los fórum de los fans de la serie lograron persuadir a los ejecutivos del canal, que prefirieron hacerle caso a su olfato para intuir donde acaba el éxito y comienza el declive.
Estoy entre los que se quedaron colgados de la desesperante fascinación por Carnivàle. Esa pesadilla itinerante que Daniel Knauf situó en la región más fantasmagórica de la Gran Depresión, me sigue pareciendo una metáfora inmejorable. Desde que David Lynch hizo El hombre elefante, nadie había retratado el inframundo del circo con tanto ingenio.
Lo dicho, las series se han adaptado mejor a esta época donde la gente necesita crear comunidades y dialogar permanentemente. Al cine le ha costado más trabajo entender la era 2.0, ni siquiera dedicándole una película a los creadores de Facebook lo logra de manera efectiva.

14 de noviembre de 2010

El sex appeal de la comunicación interna

Camilo Venegas,
Campo de Texto

Valérie Tasso, la ex prostituta que se convirtió en escritora y en columnista de GQ, acaba de publicar Sabré cada uno de tus secretos (Alienta Editorial), una novela que propone un experimento perverso: Hacer que todos los integrantes de un equipo revelen sus confidencias mejor guardadas, las que más hieren.
“Cuando empiezan a caer los secretos de cada uno de ellos y nadie es lo que parece, el propósito está cada vez más cerca. Pero aparece el verdadero secreto que los cohesiona a todos: el porqué se unen. Un secreto que nadie se hubiera atrevido a desvelar…”, dice Valeria.
Todo esto viene a cuento por una conclusión a la que llega la autora mientras trataba de explicar el móvil de su historia: la oficina ha sustituido al hogar como escenario donde se desarrollan los dramas humanos. “Hoy en día, las perversiones, dramas y secretos se han trasladado al ámbito laboral: hemos pasado de ser seres domésticos a ser seres empresa”, asegura la escritora.
Muchos empresarios actuales se esmeran en no estar a la altura de su tiempo y subestiman el diálogo con sus empleados. De todas sus audiencias, prefieren las que leen periódicos y ven televisión, aun cuando las mediciones dejan claro que esos son cada vez menos. Para decirlo en términos de Valérie Tasso, la comunicación interna puede convertirse en una herramienta irresistible, todo depende del sex appeal que se ponga en ella.

11 de noviembre de 2010

La era de los clientes sucede en Twitter

Camilo Venegas,
Campo de Texto

Ayer, en el salón Pavarotti del Hotel Holiday Inn de Santo Domingo, el equipo de Comunicaciones y Publicidad de Brugal & Compañía participó en un taller sobre social media. Pedro Santana y Víctor Cruz Cid, de Cruz Cid Consultores y Asociados, dialogaron sobre la revolución que han provocado las redes sociales en la comunicación corporativa.
Campo de Texto, en calidad de invitado, tuvo la oportunidad de contar algunas de las experiencias de sus clientes. Luego, como parte del taller, se hizo una demostración en tiempo real con RonBrugalRD, la cuenta oficial de la compañía en Twitter.
Con unos pocos mensajes, que propiciaron varios diálogos con clientes y admiradores de la marca, los seguidores de RonBrugalRD crecieron de manera acelerada en cuestión de minutos. Los tweets y los retweets se multiplicaron a partir de los mensajes originales, produciendo nuevos diálogos en muchas otras cuentas.
Si algo quedó claro al final del taller, es que aquella época en que las marcas monologaban e imponían sus mensajes ya no existe más. Incluso en República Dominicana, aun a pesar de algunos pocos empresarios que todavía apuestan a su omnipresencia, la era donde los clientes son los que tienen el poder ya comenzó.
El que no lo crea, que se asome a Twitter y descubra lo que se trina allí de todos, con ellos o sin ellos.

4 de noviembre de 2010

No podrás creer que tan positivo es admitir lo negativo

Camilo Venegas,
Campo de Texto

Uno de las marcas más ingeniosas de todos los tiempos es I Can´t Believe It´s Not Butter! Su nombre me atrajo tanto, que decidí probarla y verificar todo lo que prometía su etiqueta: fácil de untar aun acabada de sacar del refrigerador, más sabor a mantequilla que el resto de las margarinas y apenas la mitad de las grasas saturadas que regularmente poseen esos sustitutos.
Muchas veces, cuando un cliente nos pide que desaparezcamos los negativos de una nota de prensa, aun cuando se hacen indispensables, le decimos esa frase:  “I Can´t Believe It´s Not Butter!”. Todo ha cambiado en las comunicaciones y ciertas reglas de las relaciones públicas tradicionales comienzan a ser obsoletas.
En las recientes elecciones de medio término, Barack Obama convocó a una rueda de prensa cuando apenas los electores comenzaban a votar. La victoria de los republicanos era ya inminente. Por eso Obama adelantó su mensaje, pero sin tratar de negar  responsabilidades ni de minimizar la derrota. “Ha sido una paliza”, admitió.
Inmediatamente después de asumir los errores en su gestión, “tanto de contenido como de comunicación”, prometió rectificar y acercarse aún más a los ciudadanos, abriéndose a nuevas ideas y colaborando con la oposición. “Tengo que hacer un mejor trabajo”, concluyó. La magnitud del revés exigía una respuesta y fue dada justo a tiempo.
Una vez más el equipo de comunicaciones de Barack Obama da una lección de cómo manejar una crisis y, sobre todo, de cómo construir un mensaje alentador sin desestimar los ingredientes más desalentadores. No podrás creer que tan positivo es admitir lo negativo.