Camilo Venegas,
Campo de Texto
Hoy fue un día demasiado sexy para la historia de las comunicaciones. Comenzó con las verdades incómodas de Wikileaks y acabó con la muerte de B. B. King. A media mañana, se hablaba de la victoria de Roger Federer en la Copa de Maestros. Al anochecer, solo había espacio para el insultante baile del Barça.
Antiguamente se escribía para la posteridad. Aun cuando los periodistas estaban conscientes de su efímero oficio, ejercían pensando en su bibliografía pasiva. Ahora los titulares duran minutos y una gran idea puede acabar siendo tan efímera como la más disparatada de las ocurrencias.
El lunes 29 de noviembre de 2010 ocurrieron de una vez muchas de esas cosas que los viejos periodistas preferían por separado, para tener a mano la carne fresca de los titulares. Por eso, cuando se empezaban a engolosinar con todo lo que ofrecía Wikileaks, ganó Federer. Llegado el momento de hablar del genio de la raqueta, el Barça la emprendió contra el Real Madrid y, con una “manita” (5 a 0), escribió eso que los clásicos llamaban “una página de gloria”.
Justo en el momento en que los titulares sobre lo ocurrido en el Camp Nou comenzaban a “florecer”, desde Estados Unidos se filtró la noticia de que B. B. King acababa de fallecer. Minutos después, afortunadamente, se confirmó que solo se trataba de un rumor.Si aún estuviera vigente aquel periodismo a la vieja usanza, donde todos esperaban el titular de la mañana, ¿quién decidía esta noche esa frase demoledora? Hoy fue un día demasiado "sexy" para comunicar, pero las redes sociales se lo tragaron sin eructar.
Ya todos hablan de otra cosa.
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